Olvídate el término “estudiambre”
Cuando estamos en la universidad nos preocupamos por materias, trabajos y exámenes; además de fiestas, amigos y planes para las vacaciones. A lo largo de la carrera, la mayoría de los estudiantes cuenta con el apoyo económico de sus padres o tutores y no consideran importante, hacer un plan para gastar ese dinero más efectivamente. Por otro lado, los pocos que tienen un trabajo de medio tiempo para pagar su educación, buscan cualquier oportunidad para estirar su presupuesto.
Sin embargo, este no debería ser el caso. Dinero es dinero, y nos cueste trabajo ganarlo o no, durante la universidad es buen momento para aprender a llevar en orden nuestras finanzas personales.
En Finerio saben que una planeación financiera efectiva debe tomar en cuenta la etapa de la vida en la que estás, así como las necesidades específicas que en ese momento tienes. Las finanzas de los estudiantes universitarios son muy particulares y sus gastos se distribuyen en cuatro principales categorías: transporte, ropa, comida y ocio.
Es importante señalar que un presupuesto tiene dos componentes fundamentales: ingresos y egresos. Define cuál es tu entrada de dinero. Si tienes un sueldo mensual fijo por tu trabajo de medio tiempo o tus papás te dan una mesada establecida, te será más fácil llevar un orden en tus presupuestos; pero si tus ingresos mensuales son variables, deberás poner más atención y registrar cada entrada de dinero. Además, debes registrar todos tus gastos: el café que compras todos los días después de tu primera clase, las copias en la biblioteca y tu comida en la cafetería. Si tienes una meta de ahorro o simplemente quieres reducir tus gastos mensuales, no podrás hacerlo hasta que no elabores un presupuesto mensual detallado.
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Algunos consejos de estudiantes para estudiantes, para que reduzcas tus gastos:
1. Cuidado con los libros de texto. Lo más fácil al iniciar cada semestre es comprar todos tus libros en la librería de tu universidad; sin embargo, ésta no es la opción más barata. Se recomienda que compares precios de libros, incluyendo usados, en otras tiendas o por internet, en plataformas como Amazon, Ebay o Mercado Libre; o a alumnos de semestres más avanzados. Al terminar el semestre, puedes vender tus libros si es que ya no los vas a necesitar. Otra opción es rentar los libros en la biblioteca de tu escuela o universidad. Estas opciones te podrían ayudar a reducir hasta el 50% del costo total de tus libros.
2. Ojo con la comida. Entre la comida chatarra que comes avanzada la noche mientras estudias, las salidas a cenar, o los cafés o tentempiés entre clases, terminas gastando mucho más de lo que crees. Si hay una cafetería en tu universidad con un plan de comida semestral, págalo por adelantado y aprovéchalo. Si aún vives con tus papás, toma ventaja de su cocina y lleva algo de comida de tu casa a la universidad. Si eres foráneo, puedes juntarte con amigos para cocinar. Recuerda no desperdiciar comida, ya que en promedio no aprovechamos el 40% de la comida que compramos.
3. Entretenimiento y salidas con amigos. Esta es la categoría en la que más gastan los estudiantes universitarios. En ocasiones, nuestra universidad puede tener innumerables eventos y actividades totalmente gratis o a un precio muy accesible que podrían interesarnos. Sólo es cosa de buscar y preguntar en tu campus y organizarte con tus amigos.
4. No pagues por Software. A lo largo de la carrera tomarás una gran cantidad de materias, unas te gustarán y de otras no querrás saber nada después de terminado el semestre. Al igual que con los libros, hay software por el que no vale la pena pagar, si es que la materia para la que se utilizan no te interesa. Si necesitas adquirir algún paquete, pregunta en tu universidad por licencias para estudiantes o busca programas similares que puedan descargarse gratuitamente. También, en las páginas de internet de las compañías de software puedes descargar versiones sin costo de prueba para estudiantes.
5. No necesitas un coche. No es necesario llegar a la universidad en una enorme SUV para impresionar a la chava que te gusta. A tu cita ideal no le importa en lo más mínimo que tomes el autobús. Además, tener un coche es un gasto muy fuerte para un universitario. No sólo debes pagar por el auto, sino que a eso suma la gasolina, estacionamiento, tenencia y seguro. Aunque tengas un coche bastante sencillo, puedes terminar gastando sólo en eso hasta $5,000.00 o $6,000.00 pesos mensuales. Valora otras opciones como la bicicleta, transporte público, ir con un amigo, o incluso utilizar servicios de taxi como Uber o Cabify podría ser más barato que tener un automóvil.
Consejos prácticos para salir de fiesta
Una de las categorías en la que más gastan los universitarios y los adultos jóvenes en general son las noches fuera con amigos. Existen ocasiones en las que vale la pena gastar un poco más, pero la realidad es que en la mayoría no, y sólo despertamos al día siguiente con una enorme cruda financiera que durará el resto del mes.
¿Cómo gastar menos en una noche de fiesta? Antes de salir decide cuánto estás dispuesto a gastar y lleva contigo una tarjeta de débito que no tenga fondos mucho mayores a ese monto, tus tarjetas de crédito se quedan en casa.
Otra forma para gastar menos es juntándote con tus amigos antes de salir, en casa de alguien y tomar algo ahí, además esto pone a todos en ambiente antes de que inicie la verdadera fiesta (el famoso pre-copeo). Al momento de decidir a dónde ir o qué día de la semana, busca ofertas en tus bares favoritos. Ya una vez en el bar o antro, mantén los pies en la tierra. No pidas bebidas extravagantes y sé honesto contigo mismo respecto a cuánto puedes gastar. No tomes decisiones de las que te puedas arrepentir al día siguiente.
Controlar tus gastos diarios durante la universidad te servirá para dos cosas. Primero, te graduarás con menos deuda o harás a tus padres gastar menos, o bien, te alcanzará con tu sueldo de becario de medio tiempo. También podrías ahorrar para ese semestre soñado en el extranjero. Segundo, aprender a manejar tus finanzas personales mientras eres universitario es buena práctica, porque tus gastos son menos y al terminar la universidad, te será más fácil vivir con el salario de recién graduado, una vez que tus gastos aumenten y llevar tus finanzas se complique.
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Artículo originalmente publicado en el blog de Finerio.