Ahorrar no sólo significa juntar dinero para utilizarlo ocasionalmente. Esto, incluso, puede hacer el ahorro más pesado de lo que realmente es. Es importante poner objetivos de ahorro, incluso puede ser útil dividir las cuentas de tus diferentes propósitos y aprender a diferenciarlos por plazos de ahorro.
Conoce las opciones de plazos de ahorro
Corto plazo
Este es el dinero que necesitas tener disponible prácticamente en cualquier momento. Lo puedes usar para el gasto corriente, o alguna actividad que tengas planeada hacer en los próximos meses. Te recomendamos que si quieres tener algún tipo de rendimiento por este dinero, sea en un instrumento financiero que tenga la flexibilidad de retirarlo en cualquier momento. Es probable que el rendimiento no sea tan bueno, pero este capital no está destinado a generar más dinero, sino a un objetivo en particular. Si eres muy precavido, podrías también destinar un ahorro a corto plazo para emergencias.
Mediano plazo
Piensa en proyectos que podrías realizar en dos o tres años y para lo que necesitas dinero. Podrías viajar al extranjero, celebrar tu boda, comprarte un coche, hacer un regalo especial por un aniversario, etc. Estos son objetivos para los que necesitas un poco más de tiempo para ahorrar y entran en el mediano plazo. Ya que tendrás este dinero guardado un par de años, puedes aprovechar para obtener mayor rendimiento por este capital. Hay instrumentos que te ayudan a ahorrar sin tocar tu capital hasta el plazo acordado. Además son instrumentos que te pueden dar mejores rendimientos que los instrumentos a corto plazo.
Largo plazo
En este plazo entran los planes de la construcción de tu futuro. Comprar una casa, ahorrar para tu retiro, educación de tus hijos. Cosas que sabes que pasarán eventualmente, pero que faltan entre 5 y 10 años. La ventaja de este ahorro es que conforme se vaya desarrollando tu vida, puede cambiar el objetivo. Estas inversiones muchas veces pueden ser en moneda extranjera o en UDIS (Unidades de Inversión) para que los rendimientos sean mejores. Si tu decisión es por moneda extranjera, piensa que entras en el juego de la especulación del tipo de cambio. En cambio las UDIS se basan en el incremento de precios, por lo que su valor se incrementa diario. Esto quiere decir que si el día de hoy las compras a determinado precio, en 10 años habrán multiplicado su valor y cuando vendas, tendrás rendimientos positivos.