¿Quieres tener finanzas saludables? En este artículo te mostraremos cómo lograrlo haciendo una analogía con una rutina de cuidado de la piel. Llamamos a esta práctica fin.care, y su objetivo es simplificar y hacer más accesible el cuidado de tus finanzas personales.
Así como cuando cuidas tu piel porque quieres verte bien y te lavas la cara, te aplicas un tónico, crema y protector solar, para tener unas finanzas saludables es necesario tomar decisiones y llevar a cabo pasos diariamente que te van a ayudar a tener unas finanzas sanas que además te permitan alcanzar tus metas.
Para explicar esta rutina, Marilú Ayala, creadora de Café de Finanzas, nos acompañó en el episodio 21 de la cuarta temporada de Gimnasio Financiero, y aquí te hacemos un análisis.
El dinero como herramienta
El dinero es la herramienta para cumplir tus sueños. El medio para que también tú puedas generar o hacer estos proyectos que quieres.
Además, cuando tienes dinero puedes permitirte tomar decisiones con mucha más seguridad y lo más importante con libertad, como por ejemplo emprender un negocio propio, cambiarte de trabajo y no quedarte atado a uno que no te gusta, salir de una relación, comprarte un coche, estudiar una maestría, viajar, etc.
La idea de la rutina fin.care es tratar de quitarle el estigma que muchas veces se tiene acerca del dinero y usarlo como un medio que te va a ayudar a hacer realidad la vida que quieres tener.
Rutina fin.care
Esta rutina consta de cuatro pasos y cada paso tiene distintos elementos que finalmente van a ayudarte a lograr el objetivo.
1. Desintoxica tus finanzas:
Lo primero que tenemos que hacer es identificar qué está pasando con nuestras finanzas y cuáles son las causas de las imperfecciones que hoy están impidiendo alcanzar las metas financieras.
Para desintoxicar tus finanzas es necesario seguir una serie de pasos, veamos cuáles son:
Hacer una evaluación de tus finanzas:
Identifica qué tan sanas se encuentran en este momento de tu vida, haciendo una evaluación completa y honesta de la situación actual de tus finanzas.
Determina si tienes deudas, si estás ahorrando lo suficiente, si estás invirtiendo y diversificando tus inversiones de manera efectiva, entre otros aspectos. Es como hacer una revisión de tu piel antes de aplicar cualquier crema o tratamiento.
Toma medidas:
Una vez que hayas evaluado tu situación financiera, puedes comenzar a tomar medidas para mejorarla. Esto podría incluir reducir gastos innecesarios, crear un presupuesto, aumentar tus ingresos, pagar deudas, invertir sabiamente y establecer metas financieras realistas.
Identifica tus creencias limitantes acerca del dinero:
En este punto destaca la importancia de reconocer y analizar nuestras creencias limitantes acerca del dinero.
Las creencias son pensamientos que tenemos arraigados en nuestra mente acerca del dinero y que pueden influir en nuestra capacidad para manejar nuestras finanzas de manera saludable.
Por ejemplo, si tenemos la creencia de que el dinero es malo o sucio, podemos sentir incomodidad al hablar de dinero o incluso rechazar oportunidades de ganar más dinero. Si creemos que es difícil ahorrar o invertir, es posible que no hagamos esfuerzos para mejorar nuestras finanzas.
Al hacerlo, podremos mejorar nuestra relación con el dinero y tomar decisiones más saludables y conscientes con respecto a nuestras finanzas.
Reconoce en qué etapa estás:
Al igual que nuestra piel, nuestras finanzas pueden cambiar dependiendo de nuestra edad, estado civil, objetivos y necesidades.
Por ejemplo, una persona joven puede estar enfocada en ahorrar para la compra de una casa o en pagar sus deudas estudiantiles, mientras que alguien que se acerca a la jubilación puede tener más foco en invertir para su retiro.
Es importante reconocer en qué etapa de la vida nos encontramos y tomar decisiones que se adapten a nuestras necesidades y objetivos actuales, ya que nuestras finanzas no son algo estático, sino que evolucionan con nosotros y debemos ajustarlas en función de nuestros cambios de vida.
2. Crea una barrera protectora de tus finanzas:
Exactamente, el segundo paso en el cuidado de la piel consiste en hidratarla para mantenerla saludable. De manera similar, en el cuidado de nuestras finanzas, el segundo paso es mantener nuestras finanzas hidratadas mediante la identificación y neutralización de las fugas de dinero y la creación de un hábito de ahorro con un objetivo específico en mente.
Para mantener nuestras finanzas hidratadas, es fundamental tener claridad sobre nuestros ingresos y gastos, ya que esto nos permite tener una visión clara de nuestra situación financiera actual. Al identificar y neutralizar las fugas de dinero, podemos eliminar gastos innecesarios y redirigir ese dinero a nuestras metas financieras.
Las llamadas fugas de dinero, son esos pequeños gastos que muchas veces pasan desapercibidos, pero que pueden sumar una cantidad significativa a lo largo del tiempo.
Comprar un café todos los días puede parecer un gasto pequeño, pero si lo haces todos los días durante un año, terminarás gastando una cantidad considerable de dinero en algo que quizás no necesitas realmente.
No quiere decir que tengas que renunciar a tus pequeños hábitos de consumo que quieras disfrutar, pero puedes cambiarlos por opciones más económicas.
Por ejemplo, en lugar de gastar 50 pesos en un café en la calle, puedes hacer uno en casa por 5 o 10 pesos. De esta manera, puedes ahorrar mucho más dinero de lo que esperabas y comenzar a cuidar tus ingresos.
3. Nutre tus finanzas:
El tercer paso para nutrir nuestras finanzas consiste en agregar nuevos nutrientes a nuestra economía, es decir, buscar nuevas fuentes de ingresos que nos permitan diversificar nuestras entradas de dinero.
Muchas veces, nos limitamos a depender de un único ingreso, pero es importante pensar en cómo generar nuevas fuentes de ingresos.
Una buena idea es ofrecer nuestros talentos y habilidades a los demás.
En este sentido, es importante superar el miedo a vender o promocionar lo que hacemos y entender que al hacerlo, estamos trabajando para alcanzar nuestros sueños y objetivos.
4. Protege tus finanzas:
De la misma manera que el protector solar nos protege del envejecimiento y de las enfermedades de la piel, la protección financiera nos protege de la inflación y de la pérdida del poder adquisitivo.
Para proteger el dinero de la inflación, es necesario invertirlo en opciones que le den un rendimiento para que crezca al menos al ritmo de la inflación.
Aunque a veces creemos que invertir es difícil o que solo es para gente que trabaja en la bolsa, existen opciones sencillas y accesibles como las inversiones a plazo fijo que nos pueden ayudar a proteger nuestro dinero y a hacerlo crecer.
Además de proteger nuestro dinero mediante la inversión, es relevante cuidar nuestro patrimonio y nuestra salud con seguros de vida, de gastos médicos mayores y de auto.
Ten en cuenta que nunca es demasiada protección y debemos considerar estas opciones para asegurarnos de estar preparados para cualquier eventualidad que pudiera afectar nuestra economía y bienestar personal, así proteger nuestras finanzas.
Si deseas explorar el tema en mayor profundidad y obtener ejemplos concretos para ayudarte a implementar una rutina de cuidado financiero y mejorar tus finanzas personales, te invitamos a escuchar el episodio completo aquí:
Cuidar nuestras finanzas personales diariamente es esencial para alcanzar nuestras metas y tener una vida plena. Invertir en kubo.financiero puede ser una gran manera de empezar a tomar el control de tu dinero y protegerlo de la inflación.