Controla tu presupuesto aunque tus ingresos sean variables
Si estás en el estire y afloje de administrar tu dinero con un ingreso variable, tener un presupuesto flexible puede ser tu arma secreta.
Los ingresos variables son mucho más frecuentes con el aumento en el número de contratos temporales y profesionistas independientes. Cada vez más personas tenemos que aprender a administrar el dinero eficientemente.
Presupuesto flexible, la clave
Elaborar un presupuesto no es complicado, pero cuando no se sabe cuántos ingresos habrán en dos o tres meses, el proceso se vuelve difícil.
La primera recomendación es que hagas dos presupuestos. Uno con el nivel acostumbrado de gastos e ingresos, y otro ajustando el cinturón de la familia y considerando los ingresos mínimos que históricamente has recibido.
Aquí algunas sugerencias para lograr un presupuesto flexible:
1. Suma tus gastos fijos
Se refiere a los gastos no negociables y recurrentes. Esos compromisos que no cambian ganes lo que ganes, por ejemplo: la renta o tu hipoteca, los servicios, alimentos, colegios, seguros.
Después de cubrir los gastos fijos, ahora puedes modificar tus gastos variables en función de la cantidad de ingresos que quede disponible.
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2. Calcula los gastos variables promedio al mes
Para saber cuánto gastas en cosas no esenciales, haz una lista de tus gastos el último mes, mientras más detallado sea podrás obtener información real. El monto será más preciso si tienes registros de estos gastos en tus estados de cuenta.
Si solo usas efectivo, suma tus retiros bancarios y resta la cantidad que usaste para los gastos fijos. Esto te puede ayudar a encontrar ese número mágico que gastaste en gustitos.
Si después de hacer este análisis te das cuenta que estás gastando más de lo que pensabas en cosas no esenciales, es posible que debas empezar a reducir estos gastos.
3. Calcula tu ingreso mensual promedio
Aunque tus ingresos pueden ser irregulares todos los meses, necesitas estimar un ingreso promedio mensual para saber que puedes cubrir al menos los gastos fijos, y cuánto dinero extra te quedaría. Con esta información podrás empezar a priorizar qué gastos variables sí vas a incluir en tu presupuesto.
Para hacerlo, analiza tus ingresos promedio de los últimos seis a 12 meses. Verifica tus estados de cuenta y cualquier monto que hayas recibido en efectivo. No agregues comisiones pendientes o recibos sin pagar. Divide ese ingreso total entre seis o doce meses para obtener la cantidad promedio que ganas.
4. Recuerda incluir ahorros
Independientemente de cuánto ganas, debes ahorrar cada mes. Como trabajador no asalariado, el ahorro debe ser una prioridad, ya que te enfrentas a más incertidumbre que alguien con un salario fijo. Trata a tus ahorros como un gasto más que debes pagar todos los meses.
Dependiendo de tu ingreso promedio, puedes reservar una cantidad fija para ahorrar. Si te sobra dinero al final del mes, guárdalo para los meses en los que ganes menos de lo esperado.
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5. Págate a ti mismo
Dependiendo de cuánto ganes y cuánto gastes, puedes depositar el salario en tu cuenta corriente para usarlo todos los días. Deposita la cantidad total de gastos que esperas tener en el mes, de acuerdo a tu presupuesto. Esto incluye tanto tus necesidades como tus deseos.
Aunque este salario que te pagues te permitirá pasar el mes, siempre es recomendable intentar ahorrar. Revisa en qué rubros podrías hacerlo y termina con un superávit (dinero extra) y no un déficit (saldo negativo) en tu cuenta.
Si no recibes un sueldo fijo cada quincena, deberás modificar tu presupuesto todos los meses. Tus gastos, al igual que tus ingresos, no serán los mismos. Necesitas crear un sistema que te asegure tener dinero para cumplir con tu presupuesto mensual en todo momento.